A diario, las viviendas son atendidas por personal educativo cuya función es la de supervisar el nivel de competencias y destrezas de los usuarios en cada una de las áreas que resumen las actividades básicas e instrumentales de la vida diaria. De su buen desempeño dependerá la valoración que determine la idoneidad de recibir el alta, bien sea para regresar al entorno familiar habiendo mejorado su autonomía para el cuidado de sí mismo, o para buscar un nuevo emplazamiento que le permita vivir de forma independiente.
En cualquier caso, aunque se trata de un trabajo de observación técnica, acompañamos cada proceso haciendo partícipe al usuario en la demarcación de sus propios objetivos, adaptando la intervención en función de sus necesidades reales.